Si, tuve una cita a ciegas, caí
en eso, incluso estando fuera de mi vocabulario, comencé a hablar a través de
las redes sociales con un chico desconocido, el cuál parecía bastante guapo, tenia la edad promedio del gusto de
cualquier mujer, supuestamente 32 años, luego de un tiempo comenzamos a hablar
por móvil, y me pareció bastante interesante.
Un día cualquiera me llamó y me
pidió una cita, ya que soy una persona sin compromisos acepté, además él me
agradaba bastante. Use uno de mis más bellos atuendos y el mejor de mis
perfumes, arreglé mi cabello y utilicé
maquillaje sobrio pero lindo, no quería ir con el rostro como si
acabasen de rellenarme con cemento.
Llegó el ansiado momento, ya que
hablábamos desde hace unos meses y no había cita, lo que respecta a eso, no me
agradan las citas a ciegas, o conocer personas por internet como lo mencioné
anteriormente, por miedo, por
desilusión, altas expectativas, o lo que
venga a mi mente.
Me situé en el lugar esperado a
la hora exacta, y se me acerco un hombre, de aspecto mayor, (yo tengo 25 años),
canoso, alto, tés morena, vestido de modo muy deportivo, con chaqueta,
zapatillas y reloj, todo de aparentes marcas reconocidas de precios excesivos.
Me saludó con un beso en el
rostro, me abrazó con fuerza y dijo: “Hola preciosa Nancy, deseaba mucho
conocerte”, quede atónita, no era la persona joven de las fotos,
tenia un aspecto desaseado y aliento desagradable, y lo que es peor aún, no
usaba perfume, lo que para mí es un pecado, no lo reconocí. “Perdón, ¿nos
conocemos?”, me miró enfadado y respondió “ ¿ como?, acaso no me reconoces, soy
yo Danilo, hemos hablado por meses por móvil y por chat”, “ ah si, claro, ¿Qué
tal?,¿ que edad tienes?”, a lo que descaradamente respondió “ tengo 44 años
para ser honesto”, “ ¿Qué?, tu perfil de Facebook dice que tienes 32 años, tus
fotos aparentaban eso”, “bueno, si digo mi real edad, y coloco fotos actuales,
las chicas no me harían caso, solo mujeres mayores”. Me sentí horrible, solo
quería irme a casa y vomitar hasta cansarme, de verdad que sentí un asco, pero
aguanté y fuimos a un bar a beber algo, al menos me distraería un poco.
Llegamos a un lindo lugar, con
sillones bastante cómodos, nos sentamos, se acerco la camarera y realizamos
nuestro pedido, mientras me conversaba con respecto a su grandeza, su
inteligencia y todas sus supuestas maravillosas cualidades, se me acercaba cada
vez más, mientras lo hacía yo me alejaba cada vez más, tratando de disimular mi
molestia. Pasó un rato y me rosaba demasiado con su pierna y su rostro denotaba
una exagerada excitación y comenzó a respirar profundamente, me tocó la pierna,
y yo le quité la mano, luego le comente cosas sin importancia con respecto a mi
vida tratando de detallarla lo menos posible.
Odié todo de él, luego decía
frases como “ cuando las personas van de ida, yo vengo de vuelta”, “las mujeres
desean lo mismo que los hombres”, “ me gusta mucho tu voluptuoso cuerpo” “ se
tanto de la vida, ni imaginas, he viajado por el mundo, bla bla bla”, me sentí
enferma, por lo que le indiqué que tenia que irme a casa porque me sentía mal, le dije que tenia una horrible jaqueca, me acompaño y lo desvie diciendo que mi casa estaba a 5
cuadras de donde vivía realmente. estaba oscureciendo, pasó poco más de una hora desde que comenzó la cita y mientras caminábamos me acercó a él a la
fuerza para intentar besarme, me rehusé, luego lo intentó nuevamente por lo que
también me rehusé, furioso me dijo: “ ¿ por qué tan difícil? ¿Acaso no te
gusté?, muchas mujeres desearían estar conmigo en este momento y tu solo te rehúsas,
me tienes en llamas”, me sentí asqueada, solo quería ir a casa, pero me molesté
e incoscientemente dije: “ bueno, la verdad es que mentí, tengo novio y vive conmigo, solo
salí contigo por la curiosidad, mi novio es de la policia de investigaciones,
si sabe que salí con otro, es capaz de matarlo”, me miró asustado, se despidió
rápidamente, y corrió, jamás lo volví a ver, gracias a Dios.
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