Esta historia es sobre mi padre, falleció hace un año, se la dedico donde quiera que nos esté observando, viviendo en plena libertad, espero os agrade.
Les contaré la historia de un hombre
de campo, de allá del sur, en una época en donde la tecnología no existía, en
un tiempo en que para los niños la más divertida de las aventuras era jugar con
barro, atrapar lagartijas, y correr tras una pelota de futbol a pies descalzos.
Un hombre que de cierto modo y como se
dice popularmente “se crió solo”, con sus hermanos disfrutaba la plenitud de la
niñez y adolescencia en donde los horarios no importaban, en donde caminaban
kilómetros y kilómetros a la escuela, en donde los más importante para su madre
era alimentarlos y pasaba los días cocinando para él y sus cinco hermanos.
Un día decidió hacerle caso a su instinto
y pensó en dejar los estudios para dedicarse a trabajar, pensaba que la escuela
no le proporcionaba nada, por lo que comenzó a trabajar en el campo arreando
ganado.
Paso el tiempo y un día caminaba por
el centro de la ciudad de Temuco, compró el periódico, comenzó a leer y en la
página central, una noticia que cambiaría su vida para siempre: “ Compañía transnacional
, solicita personal, no importa si no tiene experiencia previa, presentarse en
nuestras oficinas”, su corazón latió a mil por hora, fue corriendo a casa, le
dijo a su madre y padre: “ Me voy al norte a trabajar, creo que es mi oportunidad”, a lo
que sus padres solo asintieron y su madre con lágrimas en el rostro le dijo que
solo se cuidara y la viniera a visitar de vez en cuando.
Una mañana cualquiera, teniendo casi
19 años, tomó sus cosas, las pocas que tenía, las metió en un bolso, guardó el
poco dinero que había ahorrado más otro poco que le entregó su padre, se
despidió y se dirigió a tomar un bus hacia el norte.
Al llegar allá con su bolso, más
cargado de sueños que de cosas materiales, y sin conocer en lo absoluto la
ciudad, solo preguntando llegó a un restorán para comer algo, ya que el viaje
se había hecho eterno, y sin darse cuenta luego de una hora, llegó a un hostal
en el centro de la ciudad, solo quería llegar y dormir un poco, para al día
siguiente acudir a la selección de obreros para Teniente.
A la mañana siguiente, muy contento
llegó al lugar indicado, como era de esperarse quedó seleccionado, pero
trabajar en aquel lugar no fue fácil, se vio enfrentado a un trabajo arduo, de
sol a sol, una serie de tratos humillantes, etc. Pero nada de eso lo hacia
desistir, ya que la paga era muy buena para la época, por lo que jamás se
quejó.
Un día luego de una extensa jornada,
caminaba por la acera del centro de la ciudad, y vio la más maravillosa figura
femenina, una hermosa mujer de unos 16 años, una princesa delicada, pensó, la
cortejó hasta que en un tiempo comenzó un bello noviazgo, pasó más tiempo aún y
se casaron.
El matrimonio fue como cualquier otro,
con sus altos y bajos, y trajo consigo el fruto de 2 hijos maravillosos.
La vida de este hombre de campo fue
completa, pasó unos momentos de maravillosas experiencias en viajes, con sus
hijos y su amada mujer, pasaron momentos de sufrimiento y duros argumentos
entre él y su mujer, ya que como hombre de campo, no siempre fue de un trato
suave.
Cuarenta y nueve años vivió sin
separarse de su bella mujer, amante de sus hijos, y más aún de sus nietos,
amante también de sus sobrinos como si fuesen sus propios hijos, dejando en
cada uno de ellos una sensación de hombre
maravillosos, de esos que llamamos viejos lindos.
Hace un año exactamente el viejo nos
dejo para seguir su camino hacia la libertad, aún parece imposible pensar en
que ya no esté entre nosotros, sentir su risa, ver su rostro lleno de emoción
por los logros de sus hijos, escuchar sus cuentos directamente desde el sur, o con
el son de la brisa oírlo cantar esa
triste tonada como si fuese ayer:
“Soy
de Lebu, soy de Lebu, Tierra de mi corazón, Yo no sé porque te quiero, Tierra
nube, tierra sol. Soy de Lebu, soy de Lebu, Bajo el cielo y sobre el mar, Tengo
estrellas y montañas, Para mi felicidad. Un copihue, una flor, Eso eres Lebu, Una
estrella en el Sur,
Eso eres Lebu, Una tierra de amor, Eso eres tú, Mar y mar, luz y luz, Eso eres Lebu…”
Eso eres Lebu, Una tierra de amor, Eso eres tú, Mar y mar, luz y luz, Eso eres Lebu…”
Soy
minero, tengo penas, Tan negras como el carbón, Que me están quemando adentro,
Como el fuego de un amor. Voy cantando, voy llorando, Cuando pienso que me voy, Yo me llevo tus pesares, Y te dejo mi canción. Un copihue, una flor, Eso eres Lebu, Una estrella en el Sur, Eso eres Lebu, Una tierra de amor, Eso eres tú, Mar y mar, luz y luz, Eso eres Lebu. Una estrella en el Sur.”
Como el fuego de un amor. Voy cantando, voy llorando, Cuando pienso que me voy, Yo me llevo tus pesares, Y te dejo mi canción. Un copihue, una flor, Eso eres Lebu, Una estrella en el Sur, Eso eres Lebu, Una tierra de amor, Eso eres tú, Mar y mar, luz y luz, Eso eres Lebu. Una estrella en el Sur.”
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