Andrés y Felipe eran dos
hermanitos de 4 y 6 años, muy inteligentes y sanos, se amaban mucho, su papito
y su mamita les entregaban mucho amor y cumplían cada uno de sus deseos, aunque
a veces tenían energía de sobra.
Un día cualquiera su madre muy
aburrida por el mal comportamiento de ambos, se sentó en el sillón de la casa,
con un fuerte dolor de cabeza, debido a los malos ratos que ambos le hacían pasar.
Jugaban, corrían y gritaban dentro de la
casa, jugaban con una pelota, rompían floreros y botaban cuadros sin cuidado.
Cuando papá llego del trabajo, vio
el desastre que los niños habían dejado
en casa, y su mamá llorando en un rincón de la sala, le pregunto lo que sucedía,
a lo que ella respondió que estaba muy cansada con el comportamiento de los
niños, que no la obedecían y eso le provocaba fuertes dolores de cabeza. En ese
momento, mientras la consolaba, él tuvo una idea “que tal si les compramos una Tablet,
he visto que los hijos de mis amigos se tranquilizan con esto”, la mamá
respondió sin pensarlo asintiendo con la cabeza.
Al día siguiente el papá llegó
con la Tablet para ambos, a lo que los
niños quedaron maravillados, y jugaban con esta por horas y horas, cuando
llegaban de la escuela solo pensaban en llegar a jugar con este aparato, podían pasar horas tranquilos sin molestar a
su mamá, pero ahí no estaba la solución. Parecía ser una mala idea, se habían
convertido en zombis, estaban como verdaderos robots, la Tablet se había
llevado sus sentimientos lejos y solo querían vivir jugando con esta.
Mamá se comenzó a preocupar ya
que los niños no la besaban o abrazaban
al llegar a casa, tampoco le contaban como les había ido en la escuela, solo
corrían por la Tablet, no querían cenar en familia, tampoco utilizar las
bicicletas o pelotas, ya no jugaban con
sus muñecos de Iron Man, y no
deseaban escuchar los cuentos de papá al momento de ir a dormir.
Un día cualquiera llego su
abuelita Panchita, ya que los papás le habían explicado que sus hijos se habían
convertido en robots sin sentimientos a causa de la Tablet, por lo que ella
llegó con una hermosa novedad, traía una bolsa llena de juguetes lego, para
armar maravillosas figuras, pero no sin antes abrazar a sus nietos, e
indicarles que tomaran asiento en la sala, mientras esta les decía “ niños,
papá y mamá están muy tristes, la Tablet no es buena para ustedes, ¿ les gustaría
que sus papás se fueran y los dejaran solos? ¿ ya no los quieren?”, Andresito
la miró con tristeza y le dijo “abuelita Panchita, amamos mucho a nuestros
papitos, si se van, sentiríamos mucha pena”, y el pequeño Francisco lloró junto
con su hermanito mayor, abuela se acercó, los abrazó nuevamente, secó sus
lagrimas y dijo: “ niños, no está bien que aparten a sus padres por una Tablet,
este aparato no los va a abrazar, ni arropar o contar cuentos al dormir,
tampoco curaran sus heridas al caerse, o les darán la cena, solo sus papitos pueden
hacer eso, ahora, juguemos, les traje legos”, a lo que ambos respondieron al unísono
“ si abuelita”.
Abuelita Panchita llegó a reparar
aquella situación, todo con mucho amor, los niños volvieron a ser felices y a
llenar la casa de alegría y colores, esta vez sin tanto desorden.
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