"Claudia era una joven
independiente, aún soltera y sin hijos teniendo
ya 28 años, pero con una carrera en las relaciones públicas totalmente realizada,
incluso con sus arranques filantrópicos de vez en cuando por su buen pasar. Físicamente era una hermosa mujer, de tez
blanca, estatura promedio, cabello liso muy negro y largo, ojos marrones y
grandes, y de caderas pronunciadas.
Las felicitaciones por parte de su madre refiriéndose a ella con orgullo por ser soltera y realizada, han cambiado por una infinidad de cuestionamientos como: “¿cuando tendré nietos?, ¿ te casarás algún día?, ¿ acaso moriré sin ser abuela?, todas mis amigas tienen vídeos de sus nietos, y yo ¿Cuándo?”, cada vez que visitaba a su madre, tenía que soportar estas interrogantes una y otra vez, pero ella tenía mucha paciencia para oírla, y solo le respondía: “tranquila madre mía, todo a su tiempo, recuerda que siempre me decías eso”.
Al volver a su casa después de
haber visitado a su madre, abría la puerta de su departamento, y el único ser
que la esperaba era su gatito tuxedo
Tobías, el cual se metía entre sus piernas para acariciarla y pedir
comida. Luego de esto se sacaba los tacones, y se acostaba en el sillón a
cuestionar su propia vida personal. Acaso estaba tan mal, tendrá tan mala
suerte, o ¿solo será una mujer demasiado exigente?, luego cenaba, tomaba un
largo baño de espumas, y se iba a la cama acompañada del bello Tobías.
Era viernes por la mañana y
Claudia estaba muy feliz, ya que era su cumpleaños número 29, y deseaba con
ansias celebrar hasta el amanecer.
Se vistió, tomo desayuno,
alimentó a su gato, y se fue a trabajar, el día pasó muy rápido entre labores,
regalos, almuerzo de cumpleaños y llamadas de felicitaciones.
Al llegar la noche, todos sus
amigos parecían abandonarla para ir a celebrar a algún bar, con disculpas tales como: “amiga lo
siento, debo ir a buscar a mi hijo”, “Perdona Clau, pero quedé para juntarme
con mi esposo”, “Justo hoy cenamos con mis suegros”. Que discursos mas baratos
y molestos, pensó, acaso no tienen más días para la familia, un domingo quizá,
pero se resigno y se fue a casa disconforme y le vino todo el agotamiento de un
santiamén.
Luego de haber llegado, se durmió
en el sillón, y Tobías se durmió sobre el estómago de ella. Pasaron muchas
horas, cuando despertó ya eran las 21:30, por lo que se paseo por el pasillo
de su sala, reflexionó mientras su gato la seguía con un gran apoyo moral, hasta
que se decidió, iría a celebrar sola, y se emborracharía, para luego pedirle a
un taxi que la trajera a casa.
Pero no iría sola como ella pensaba, de pronto sonó el citófono y el conserje de su edificio le informa que su amigo Christian esta de visita, por lo que ella le indica que por favor suba, al abrir la puerta grita desesperada, lo golpea en el pecho con ambas manos y lo abraza: “Maldito, te extrañaba, hace muchos meses que no te veo”, mientras que el le respondió con un tono muy agudo “ ay, ¿acaso creíste que te iba a dejar sola en esta celebración de tu último año previo a los 30?si tus otros amigos no saben divertirse no es mi culpa, no viajé tres horas para dejarte sola, olvídalo, así que quiero verte vestida como una prostituta de tarifa excesiva en este instante, veremos si esta noche encuentras la emoción que tanta falta le hace a tu vida”.
Christian era su mejor amigo desde que entró a la universidad, compartían muchos recuerdos, vivencias y por su puesto, compartían su gusto por los hombres, solo los separaba el vivir a tres horas de distancia.
Pero no iría sola como ella pensaba, de pronto sonó el citófono y el conserje de su edificio le informa que su amigo Christian esta de visita, por lo que ella le indica que por favor suba, al abrir la puerta grita desesperada, lo golpea en el pecho con ambas manos y lo abraza: “Maldito, te extrañaba, hace muchos meses que no te veo”, mientras que el le respondió con un tono muy agudo “ ay, ¿acaso creíste que te iba a dejar sola en esta celebración de tu último año previo a los 30?si tus otros amigos no saben divertirse no es mi culpa, no viajé tres horas para dejarte sola, olvídalo, así que quiero verte vestida como una prostituta de tarifa excesiva en este instante, veremos si esta noche encuentras la emoción que tanta falta le hace a tu vida”.
Christian era su mejor amigo desde que entró a la universidad, compartían muchos recuerdos, vivencias y por su puesto, compartían su gusto por los hombres, solo los separaba el vivir a tres horas de distancia.
Claudia se arregló de forma muy
glamorosa pero siempre cuidando el grado de sencillez que le gustaba reflejar,
nada exuberante, nada brillante, pero si muy sensual.
Salieron del departamento,
tomaron un taxi hacia uno de los mejores bares de la ciudad, llegaron al lugar,
tomaron asiento en una de las mesas, y comenzaron a beber y a disfrutar. Luego
de un rato comenzó a tocar sobre el escenario del lugar una banda y Claudia sin explicación alguna se puso de
pie al lado de su mesa, cerró los ojos y comenzó a bailar, con suaves
movimientos, como si aquella melodía hubiese estado en su
mente por mucho tiempo.
Christian fue al baño, y en ese
preciso instante, el guitarrista de esa banda, se acerco a su mesa, un hombre
de gran estatura, ojos de color pardo y labios carnosos, cabello muy negro, tez
tostada, y espalda ancha, tal como le gustaban a Claudia. Se sentó frente a
ella y le dijo con su gruesa voz:
-“Pensé en pedirte fuego, pero ya
no se puede fumar en estos lugares”. “pensé en pedir tu número telefónico, pero
no traje celular, y no tengo papel, tampoco un lápiz”, “pensé en decirte lo
hermosa que eres, y lo alucinante que te veías danzando entre la multitud”, “pensé
en tantas cosas, pero nada me convenció, no quería ser un vulgar hombre que
desea conquistar a una chica en un bar, solo me convence el hecho de que me gustaría
conocerte, y si lo deseas, la próxima semana podremos encontrarnos en este
mismo lugar, a la misma hora, sentarnos de frente en la misma mesa y solo
hablarnos por recados en post it, y en nuestra segunda cita podríamos sentarnos
en mesas separadas y solo hablarnos por teléfono, y así si gustas seguimos con
una tercera cita , que nos lleve a una cuarta y así podemos conocernos mejor o debería
marcharme antes que tu amigo vuelva y simular que jamás vine a molestarte y a hacer le ridículo"
Ella quedó totalmente muda frente
a tamaño modo de conquista, con frases realmente únicas, acaso este tipo tan
guapo estará loco, acaso utilizará ese discurso con cada mujer, cada fin de
semana en este u otro bar solo para conseguir sexo casual, debería temer e imaginar que ese hombre es un psicópata y
asesino en serie, acaso debería tomar en cuenta tamaña proposición, y lanzarse hacia
aquello imaginando una relación hermosa y llena de pasión o al menos tomarlo
como una buena diversión?"
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