La siguiente historia es de la vida real, relatada por la sobrina de su protagonista, por lo que decidí imaginar la situación y escribirla, el título no me convence mucho, asi que si me indican uno más adecuado, no dudaré en cambiarlo, espero les guste
"Luis era un jovencito de 15 años,
de estatura promedio, delgado, cabello negro y tieso con ojos café muy agudos
los cuales generaban aprensión a quién lo mirara, era denominado delincuente
profesional, en la población donde vivía, la Victoria, todo el mundo le temía por
lo que el se sentía con un poder y superioridad frente a quien se le cruzara en
el camino.
Su hermano mayor llamado Jonathan,
de 22 años, vivía en el centro de la ciudad en una hostal, ya que la madre de ambos había muerto hace 7 años, y su padre era un total desconocido para ellos, trabajaba como
conductor de un camión repartidor de carne.
Cada mañana le rogaba a Dios que cuidara a su hermano para que no terminara muerto y masacrado. Todas las tardes después del trabajo, iba a buscar a su hermano para llevarlo a cenar, darle algo de dinero y reprenderlo por sus andanzas de bandido, al momento de reprenderlo le daba golpes en la cabeza y espalda, y siempre le gritaba “ acaso quieres terminar muerto como esos as los que llamas amigos, o quieres terminar acribillado por algún militar”, a lo que Luis le respondía: “Tranquilo hermano, yo sé cuidarme, tengo a toda la población bajo mis pies”.
Cada mañana le rogaba a Dios que cuidara a su hermano para que no terminara muerto y masacrado. Todas las tardes después del trabajo, iba a buscar a su hermano para llevarlo a cenar, darle algo de dinero y reprenderlo por sus andanzas de bandido, al momento de reprenderlo le daba golpes en la cabeza y espalda, y siempre le gritaba “ acaso quieres terminar muerto como esos as los que llamas amigos, o quieres terminar acribillado por algún militar”, a lo que Luis le respondía: “Tranquilo hermano, yo sé cuidarme, tengo a toda la población bajo mis pies”.
Luis tenia una novia, muy hermosa
pero algo básica, a la que el decía amar y cada vez que la veía le levaba algún
suvenir de sus robos, como cadenas de oro, plata e incluso collares de perla,
de vez en cuando dinero el cual extraía de alguna cartera. Madonna era su
nombre, una morena de 14 años, cabello negro azabache y ojos café muy oscuros
de mirada penetrante. Era su trofeo, y los jóvenes delincuentes de la Victoria
lo envidiaban profundamente.
Eran los años 80, por lo que el
país atravesaba un momento muy
particular, la época de un estado autoritario a manos del General Augusto Pinochet, el régimen era totalmente militar, coartando cualquier tipo de libertad
de acción para los ciudadanos, las calles vestían de luto y temor a cada
segundo. Luis aparte de dedicarse a delinquir, era muy conocido por ser un
activista permanente en las protestas contra el gobierno de turno y en más de
alguna ocasión, casi lo atrapan por participar en las revueltas.
Un día muy nublado, se acercó la
tropa de militares sanguinarios a la
Victoria, con metralletas, carros armados, escopetas, y un sin fin de armas, de
pronto comenzaron a disparar a cuanta persona se cruzó, sin piedad, como si fuese
un juego, Luis tomó a su novia, y corrió junto a ella un par de calles hacia
donde solo sintió que debía ir, entraron a una casa vacía, y se escondieron en
el pequeño ático, mientras ella lloraba a gritos, él puso sus manos en los
labios de ella y le dijo que por favor se calmara, y que estando juntos no les
pasaría nada.
Las balaceras duraron un par de
días, durante las noches, él iba en
busca de comida para ambos, a momentos
tenia suerte y en otros no tanta
ya que solo encontraba pedazos de pan rancio,
para poder mantenerse despierto con su novia y un poco de agua.
Al cabo de una semana, cuando
todo pareció estar tranquilo, Luis le dice a Madonna: “Bajemos negrita, yo creo
que ya pasó todo”, a lo que ella asienta con el rostro mojado por las lágrimas
y los ojos entreabiertos e hinchados de tanto llorar. Lo que vieron fue
totalmente impactante, muchos cadáveres, sobre todo de jovencitos como ellos,
algunos hedían terriblemente, y por esto los sollozos de ella eran cada vez mas
agudos e incontrolables, mientras él la abrazaba le susurraba al oído que se
tranquilizara, y que estaban vivos, a lo que ella le responde: “Gracias por no intentar hacerte el valiente, y por
escondernos para mantenernos con vida” , él la mira tiernamente y le dice: “ no sabes cuantas ganas tenía de
enfrentarlos y matar a alguno de ellos, pero mantenernos con vida, es mucho más
importante”.
Caminaron un par de cuadras,
hasta llegar a la casa de Madonna, su madre al verla rompió en llanto y la
abrazó. Increíblemente también abrazó a Luis y le agradeció el mantenerla con
vida.
Él dejó a su novia con su madre, prometiéndole
que volvería a buscarla, y caminó, tanto
que llego el anochecer, hasta que encontró a quien buscaba con ansias, su
hermano mayor, sí, ese mismo que lo
corregía incansablemente e intentaba protegerlo.
Sin saber como, llegó a casa de su hermano, golpeó la puerta, Jonathan al
verlo, lo abrazó, y lloró tan profundamente que debió haberse oído a kilómetros.
Luis desde ese día, intento ser
hombre de bien, y trabajó duramente junto a su hermano para tener un futuro tranquilo, siempre
pensando en ir a buscar a su Madonna para realizar una vida juntos y sin sobre
saltos."
No hay comentarios:
Publicar un comentario
bloglover