Esta entrada me recordó a
una frase de “City of angels”, no voy a describir la película ya que creo que
la mayoría de ustedes la conoce, la frase dice así: “Prefiero haber olido una vez su
cabello, un beso de sus labios, una caricia de su mano, que toda una eternidad
sin ella.”
Pienso tal cual,
aunque una relación termine en tragedia, sus consecuencias siempre traen algo
bueno, mas vale haber amado y perder que nunca haberlo hecho, ¿verdad?. Excepto cuando eres de esas personas que se enamoran de psicos asesinos.
¡Oh si!, hoy es
mi día sentimental, no abusen, no siempre lo soy (risas), aunque no es malo demostrar, pero siempre lo preciso,
ya que en exceso no es conveniente
porque desde ahí provienen todo tipo de
abusos.
Pero bueno, a lo
que vinimos. Hoy quiero citar fragmentos de cartas de
amor de grandes personajes de la historia, las he leído, y vaya que manera de
tener creatividad al momento de escribir al ser amado, cosa que en esta época
ha ido en decadencia, aunque si acepto que me digan cumplidos en vivo y en
directo, puedo decir que lo bueno de la tecnología son esos hermosos mensajes de texto
en algún momento del día.
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1)
Simón Bolívar a Manuela:
“Mi
bella y buena Manuela: Cada momento estoy pensando en ti y en el destino que te
ha tocado. Yo veo que nada en el mundo puede unirnos bajo los auspicios de la
inocencia y el honor. Lo veo bien, y gimo de tan horrible situación, por ti; porque
te debes con quien no amabas; y yo porque debo separarme de quien idolatro! Sí,
te idolatro más que nunca, jamás. Al arrancarme de tu amor y de tu posesión se
me ha multiplicado el sentimiento de todos los encantos de tu alma y de tu
corazón divino”. Nada peor que estar comprometida con un hombre al que
no amas, en esta época es mas simple, solo deshaces el compromiso y ya, porque
eres más dueña de ti, pero aun así bajo este dolor, es un escrito lleno de
romanticismo.
2)
Carta de Napoleón a Josefina:
“¿Cuál
es el asunto tan importante que no le deja tiempo para escribir a su amante
devoto? ¿Qué afecto sofoca y pone a un lado el amor, el amor tierno y constante
amor que usted le prometió? ¿De qué clase maravillosa puede ser, que nuevo
amante reina sobre sus días, y evita darle cualquier atención a su marido?
¡Josephine, tenga cuidado! Una placentera noche, las puertas se abrirán de par
en par y allí estaré. De hecho, estoy muy preocupado, mi amor, por no recibir ninguna
noticia de usted; escríbame rápidamente sus páginas, paginas llenas de cosas
agradables que llenarán mi corazón de las sensaciones más placenteras. Espero
dentro de poco tiempo estrujarla entre mis brazos y cubrirla con un millón de
besos debajo del ecuador.” Incluso un loco como este es capaz de amar
tanto, es por eso que no creo cuando las personas dicen que un asesino, psicópata,
etc. No tiene corazón, claro que lo tiene, o lo tuvo, es solo que lo ha
escondido muy bien.
3)
Carta de Beethoven a su "amada
inmortal"
“Tu
amor me ha hecho el más feliz y el más infeliz de los mortales. A mi edad
necesito estabilidad y regularidad en mi vida, ¿puede esto coexistir con
nuestra relación? Ángel, acabo de oír que va el correo cada día, y por lo tanto
debo cerrar ésta, de modo que puedas recibirla la inmediatamente. Mantente
tranquila; solamente al considerar tranquilamente nuestras vidas podremos
alcanzar nuestro propósito de vivir juntos. Mantente tranquila, ámame, hoy,
ayer. Qué nostalgia llena de lágrimas por ti, por ti, por ti, mi vida, mi todo.
Todos los buenos deseos a ti. Oh, continúa amándome, nunca juzgues mal el
corazón fiel de tu amado. Siempre tuyo Siempre mía Siempre de ambos”. Pensando en el futuro, muy bien, primero lo
primero, para pasar luego una eternidad con su amada, o lo que dure.
4)
Oscar Wide a Lord Alfred Douglas:
“Querido muchacho mío:
Tu
soneto es completamente adorable y es una maravilla que esos labios de pétalo
de rosa roja que tienes hayan sido creados no tanto para el canto musical como
para la locura de besarse. Tu dorada y delgada alma deambula entre la pasión y
la poesía. Yo se que Hyacinthus, a quien Apolo amó tan locamente, has sido tú
en aquellos griegos días. ¿Por qué estás solo en Londres, y cuándo vas a
Salisbury? Ve allí y refresca tus manos en la grisácea luz de las cosas
góticas, y ven aquí cuando así lo quieras. Este es un lugar adorable; sólo
faltas tú, pero ve a Salisbury primero. Con imperecedero amor, siempre tuyo
Oscar”. El amor entre hombres también puede ser maravilloso, y muy romántico,
claro que si, aunque con su cuota de candencia.
5)
Cartas de James Joyce a Nora:
“¡Eres
mía, querida, eres mía! Te amo. Todo lo que escribí arriba es sólo un momento o
dos de brutal locura! La última gota de semen ha sido inyectada con dificultad
en tu sexo antes que todo termine y mi verdadero amor hacia ti, el amor de mis
versos, el amor de mis ojos, por tus extrañamente tentadores ojos llega
soplando sobre mi alma como un viento de aromas. Mi pija está todavía tiesa,
caliente y estremecida tras la última, brutal embestida que te ha dado cuando
se oye levantarse un himno tenue, de piadoso y tierno culto en tu honor, desde
los oscuros claustros de mi corazón.
Nora,
mi fiel querida, mi pícara colegiala de ojos dulces, sé mi puta, mi amante,
todo lo que quieras (¡mi pequeña pajera amante! ¡Mi putita folladora!) Eres
siempre mi hermosa flor silvestre de los setos, mi flor azul oscuro empapada
por la lluvia.” . Pero que candente este Jamie, aunque me encanta su
picardía y sinceridad, Nora debe haber sido del mismo modo, y muy sumisa para que la trataran de pututa, jejeje.
6)
Enrique VIII:
"Las
demostraciones de vuestro afecto son de tal categoría, y los elevados
pensamientos de vuestra carta háyanse tan cordialmente expresados, que me
obligan a honraros, amaros y serviros sinceramente y para siempre, rogándoos
que continuéis firme en el mismo propósito y asegurándoos que, por lo que a mí
incumbe, no sólo he de corresponderos debidamente, sino rebasaros en lealtad de
corazón, si ello fuera posible…
Vuestro
leal y más seguro servidor...”. Leal servidor, pero jamás fiel, era un
enamoradizo, incluso lograba que las mujeres que tenía en esa época le dieran
la virginidad sin casarse, ¡pero que macho!
7)
Karl Marx a su esposa Jenny von Westphalen:
“Amor
Mío: ….En cuanto nos separa un espacio, me convenzo enseguida de que el tiempo
es para mi amor como el sol y la lluvia para una planta: lo hace crecer. Apenas
te alejas, mi amor por ti se me presenta tal y como es en realidad: gigantesco;
en él se concentran toda mi energía espiritual y toda la fuerza de mis
sentidos…. Sonreirás, mi amor, y te preguntarás que por qué he caído en la
retórica. Pero si yo pudiera apretar contra mi corazón el tuyo, puro y
delicado, guardaría silencio y no dejaría escapar ni una sola palabra.
Carlos". Inclusive el no creyente Marx creía en el amor, que según
el supera sus pensamientos.
8)
Alicia Urrutia a Pablo Neruda:
“Pablo
amor, quisiera que esta carta llegue el día 12 de
julio de tu cumpleaños. Pablo amor que seas feliz. Todas las horas del día y de
la noche estés donde estés y con quien sea, sea sé feliz, te recordare, pensare
en ti alma mía. Mi corazón esta tibio de amarte tanto y pensar en ti. Amor
amado amor te beso y te acaricio todo tu cuerpo amado. Amor amado amor amor
amor mío amor. Tu Alicia que te Ama". Como todos los amores de don
Pablo, fugaces pero muy pasionales.
9)
Gabriela Mistral a Manuel:
“Deseo verte mucho más de lo que tú dices desear verme. Aún no es
posible. Aprendamos a esperar. Yo no sé si en nuestro primer [encuentro] yo sea
para ti como en mis cartas. ¡Te tengo un poco de vergüenza! Pero sé que deseo
estar sola contigo para acariciarte mucho. Sé que querré tenerte entre mis
brazos como un niño, que querré que me hables así, como un niño a la madre,
desde la tibieza de mi regazo, y que cuando te bese perderé la noción del
tiempo y el beso se hará eterno. Sé que me desvanecerá el goce intenso; sé que
la embriaguez más intensa que me haya recorrido las venas la sacaré de tu boca
amada. Sé que beberé un sorbo de dicha que me hará olvidar todos los acíbares
que vengo bebiendo hace tantos años. Sé que seré capaz en mi exaltación de
hacerme una prolongación de ti: de tu fervor, de tu alma suave, de tu carne
misma. Manuel, yo espero la dicha de ti. Yo espero vivir contigo un momento
supremo que pueda yo revivir en el recuerdo por cien años más de vida, sacando
de esa visión divinización, dicha, para todo el resto de camino. Manuel, no
puedo amarte más. ¿No lo comprendes así? ¿Pides más aún? En los labios mucho
tiempo. Tu L.”. Esto sí que es doloroso y
extraño, siete años se escribieron sin verse ves alguna, un amor a distancia,
pero, aún con la tecnología existente me pregunto, ¿ Como alguien dice amar sin
haber sentido en vivo a otro?.